A mi celular llegó el mensaje de un candidato a la Cámara, explicando su adhesión a su dios Uribe y cómo seguiría sus planteamientos ideológicos. Cuando le solicito que me borre de su lista, expresa que tomó mi número “por ser columnista de El País”. Le respondo entonces que “jamás” debe haber leído este periódico y que allí está pintado igual a todos los políticos, sin ninguna clase de relación con la gente, metido en su burbuja, “solo” siguiendo una ideología y desconociendo para quien en realidad debe trabajar. No para su dios sino para los votantes. Pero tiene la desfachatez de responder “estoy aspirando a ser político, recién inicié mi carrera por favor no me ponga en la misma bolsa de todos ellos”, como si fuera el ciudadano el que los “pone” en algún lugar sin poder aceptar que son ellos, los políticos, los que se ubican en la desconexión total con quienes dicen representar. No sólo no sabe donde esta parado sino que adjudica su desubique a los demás…. Pasamos a deberles, la culpa es ¡del votante! Está comenzando, pero bien podría dedicarse a asuntos varios que si lo conecten con la realidad porque su autismo es bien pero bien grande. En política pareciera es mas importante seguir a un caudillo que conectarse con la comunidad.
Y otra perla de desconexión con la realidad. Un escritor paisa “reconocidísimo” decidió dar una cátedra sobre si mismo. El tema de la clase en la Universidad de Antioquia es sobre su trabajo como escritor e historiador y para la universidad ni siquiera es tema de controversia explicar cómo permite ese grado de “yoísmo”. La Universidad (no cualquiera, ¡la de Antioquia!) en el colmo de la ¿desconexión? ¿machismo? ¿patología? considera pertinente que un profesor se gaste todo un semestre para encumbrarse y explicarse a si mismo. Carolina Sanín, en forma muy fuerte, abre la polémica, critica el machismo que guarda este hecho, pero algunos le responden diciendo que son viejas cuentas entre Carolina y sus críticos. Sin embargo, independiente de quién y cómo se hizo la primera observación, sí es el colmo del desubique que se esté llegando a este grado de desconexión con la realidad. El narcisismo se expande como una pandemia. Solo alcanzo a mirar mi propio ombligo, porque afuera no existe nada mas. O repitiendo al pié de la letra el mito de Narciso, lo único que veo en el agua, es el reflejo de mi mismo.
¿Cuál es la realidad? Respuesta nada fácil porque desde la Cuántica se explica que la objetividad no existe y la realidad cada quien la crea. Este planteamiento entraría en controversia con la Psicología que explica, en forma básica, que los que están fuera de la realidad (porque la viven a su manera) tienen comportamiento psicótico. ¿Un artista entonces, cuando re-crea su realidad puede estar en momento psicótico? ¿Una alucinación qué tan psicótica o espiritual puede ser? Mucha tela por cortar. Sin embargo, en los dos casos anteriores, cuando las actuaciones impactan tanto en la realidad de comunidades donde hay que compartir, el político uribista y la Universidad de Antioquia, muestran una desconexión completa, mas al servicio de sus intereses, o fines particulares y no de aquel compromiso que en teoría alimentan su esencia: servir y contribuir a un mejor futuro. ¿De quienes? ¿a quien le sirven?
Gloria H. @GloriaHRevolturas